
Las cámaras y todo su entorno son mi pasión y una parte importante de mi vida. Pero lo que se ama también se suele agotar. Nada es permanente en esta vida.
Así inicia esta historia; tome un rumbo durante 10 años que tenía como único fin, una búsqueda de nuevas pasiones y innovaciones, con el pasar del tiempo y de las circunstancias de la vida llegaron intentos, fracasos y victorias, pero no encontrava nuevas motivaciones. Hasta que la vida sin dar aviso alguno me irrumpe con la llegada de mi hijo (que lo estaba deseando des muy temprana edad), quien viene con una potencia y una energía devastadora, como si fuera una tormenta tropical o huracán, derribando mi autocomplacencia, arrasando mi rutina, explotando mi burbuja de confort y colmando mis esperanzas.
Pero mientras que luchaba y reflexionada con esta nueva etapa de vida y sin darme cuenta, ocurre mas cambios inesperado. Llega la Bendición que enciende una luz brillante dentro de mi, haciendo que la atmósfera de neblina de mi entorno se comience a desvanecer, permitiéndome volver a ver nuevos senderos y rayos de luces que estas a su vez ayudan a germinar nuevas ideas, proyectos, aventuras y también una persona nueva: Un padre, que esta creciendo nuevamente con su hijo y que se esta dejando impregnar de su sabiduría innata.